El marco que Juan Fernando Quintero había pedido para su debut con Junior se dio desde mucho antes de que saltara al gramado del estadio Metropolitano Roberto Meléndez luciendo la camiseta número 10 del equipo tiburón.

La casa llena, vestida de rojo y blanco. Casi cuarenta mil almas alentando al Junior y esperando con ansias que Quintero desplegara toda su magia dentro de la cancha.

Mejor decorado para el estreno del antioqueño, imposible. El público cantó los himnos de Colombia y de Barranquilla con todas las ganas y aplaudió sin desmayo a los once jugadores que el técnico Arturo Reyes escogió para arrancar este partido.

Antes del pitazo inicial, Quintero se fue hasta el banco del Medellín a saludar al técnico David González, a sus colaboradores y al grupo de suplentes del ‘Poderoso’, su antiguo equipo en Colombia y del cual es hincha confeso.

El encuentro arrancó y solo a los 2:24 minutos, ‘Juanfer’ tocó su primera pelota, en un pase para Wálmer Pacheco.

Después tiró su primer lujo, un taquito para Didier Moreno y encontró en Léider Berdugo y en Carlos Bacca, a sus mejores socios. Al porteño intentó habilitarlo en un par de veces con pases a espalda de los centrales del Medellín.

En el minuto 30 del primer tiempo, el público se levantó de sus asientos cuando el árbitro Carlos Betancur sancionó una falta sobre Berdugo en el borde del área. 

Sebastián Viera llegó desde su arco y colocó la pelota con aparente intención de cobrar. Pero Quintero tomó distancia y miró el ángulo a donde podía patear, en una señal clara de que él sería el cobrador.

Los teléfonos móviles de los aficionados en las tribunas se activaron en modo cámara con la esperanza de captar el primer gol del Junior en el partido y el primero de Quintero con la blusa rojiblanca, explotando una de sus mayores virtudes: el tiro libre.

El cobro de Quintero pegó en la nutrida barrera del Medellín y allí se disipó lo que se presagiaba como una buena oportunidad para abrir el marcador.

‘Juanfer’ también intentó desde la esquina ubicar a un compañero que pudiera aparecer y vulnerar la portería defendida por Mosquera Marmolejo. En su cuarto envío desde el costado derecho, la bola se fue cerrando y el público se emocionó con la posibilidad de un gol olímpico, como el que marcó el año pasado con River Plate a Patronato. 

En el primer tiempo, Quintero protagonizó una de las mejores jugadas colectivas de Junior cuando habilitó a Bacca, quien controló y la sirvió para Wálmer Pacheco, quien pateó, pero Mosquera Marmolejo ahogó el grito de gol de los rojiblancos. 

Quintero, en el segundo tiempo, intervino en la jugada que antecedió al gol de Bacca. El antioqueño tiró una pelota al área que fue despejada por Marulanda  El rechazo lo capturó Bacca, quien, sin dejarla caer, la mandó al fondo de la red para poner a ganar a Junior.

El 10 juniorista sintió el desgaste de un partido intenso, pero en ningún momento dio algún indicio de querer salir, como tampoco el técnico Reyes de excluirlo. Jugó los 90 minutos, siempre con deseos de agradar al público asistente y de aportarle a su equipo.

Lamentablemente una pelota que perdió en la media cancha con Andrés Cadavid dio origen a la jugada del gol del empate para el Medellín, anotado por el recién ingresado Felipe Pardo.

A esa altura del partido, Reyes ya lo había tirado más adelante para que no hiciera recorridos tan largos para tratar de sacar provecho de las pocas reservas físicas que le quedaban.

Fue un debut en el que Quintero volvió a sentir el cariño de la hinchada, que ya se lo había manifestado el día de su presentación oficial. Al igual que esta, quería el triunfo, pero ambos debieron conformarse con el empate. Mostró destellos de su gran talento y dejó la sensación de que, cuando esté más a tono, va a ser una pieza importante en este Junior modelo 2023.